Muchas mujeres sienten una resonancia especial con Avalon. Al escuchar esta palabra, se nos eriza la piel, como si nuestro ser reconociera algo Sagrado Femenino en lo más profundo de nuestra alma.
Pero, ¿Avalon existe realmente?
Conocemos Avalon a través de algunas historias del Santo Grial y sobre todo por las leyendas del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda. Se han realizado múltiples versiones, pero ninguna me hizo sentir lo que logró «Las Brumas de Avalon»: la miniserie basada en la trilogía por Marion Zimmer Bradley que en España se tradujo como: “Las Nieblas de Avalon”. En ella se narra la leyenda desde un punto de vista muy particular: el punto de vista de Morgana La Fey.
En esta versión, la medio hermana de Arturo no aparece como una mujer poderosa rival y malvada, no. Aquí, se muestra una Morgana muy humana, de gran fuerza interna para sobreponerse una y otra vez pese a los reveses que enfrenta. Y es que ya estamos cansadas de que nos muestren personajes femeninos que no saben ejercer el poder con dignidad.
La resonancia de Avalon y el Sagrado Femenino
Por eso creo que tantas mujeres hemos resonado con ella, porque la sentimos parte nuestra. Vamos, que podemos ejercer nuestro poder sin ser dañinas, o al menos lo intentamos; y que ya es hora de que alguien lo ponga con letras grandes. Es como si después de escuchar esta otra versión de los hechos nos dijéramos: “ahora sí», «tiene sentido para mí”. Pero no solo esta Morgana es más real, también los demás personajes: Merlín, la Dama del Lago, Guinevere, Arturo…
Para resumir mucho, esta obra teje el entramado de conflictos en el Sudoeste de Inglaterra allá por el Siglo VI. Entonces las invasiones bárbaras amenazaban con destruir la antigua Religión de la Diosa y el Cristianismo estaba extendiéndose por Europa. Aunque hayan transcurrido muchos años desde entonces y no tengamos una relación estrecha con ese territorio, en el fondo, no nos es ajeno. Aunque no nos demos cuenta a priori, la mentalidad masculina que somete y divide sigue estando de fondo en todo, y por tanto seguimos perpetuando los mismos desequilibrios a nivel político-social.
Además en la actualidad estamos en otra transición: estamos despertando a la realidad de que somos parte de la Naturaleza. Desde muy distintos lugares del mundo está emergiendo la conciencia de que la Tierra es un ser vivo.
Sabiduría ancestral y transformación
El anhelo de volver a sentir a la Tierra como Madre, es la voz de las comunidades indígenas nos habla desde antaño.
Y nos hace darnos cuenta de la importancia de los ciclos de la Naturaleza en que vivimos inmersos. Antiguamente observábamos el movimiento de la Luna, del Sol, los planetas y estrellas. Celebrábamos en comunidad los momentos especiales y las tareas se ordenaban según estos ciclos.
Esto también tiene que ver con la leyenda de caballeros y magia. Pues esta otra historia de Avalon deja entrever un antiguo linaje de mujeres sabias, de «fatas» o hadas, como se llamaba las más antiguas tradiciones a las sacerdotisas. Y aunque sea de forma intuitiva percibimos que ahí hubo algo algo muy sagrado que algunas reconocemos a nivel celular.
Hoy en día, Avalon se sitúa en una pequeña localidad del Suroeste de Inglaterra llamada: Glastonbury. Un lugar que antiguamente estuvo lleno de marismas y que bien pudo alojar a la Isla Sagrada. Allí una mujer llamada: Katy Jones ha ido recuperando la Rueda de Avalon. Es similar a la conocida Rueda Celta, pero su foco es diferente. Pues se centra en los cambios que experimenta el paisaje a través de las Estaciones.
La Rueda tiene también un Centro que es la esencia del lugar
Las Ruedas Medicinales, como la Rueda de Avalon, eran utilizadas por los pueblos originarios de la Tierra para organizar su visión del mundo. Estas ruedas circulares representaban las Sagradas Direcciones (Norte, Sur, Este y Oeste) y sus energías primordiales. La Rueda de Avalon se enfoca en la Naturaleza Cíclica de lo Femenino, recorriendo en cada una de sus Estaciones una Dirección y una antigua deidad del lugar.
Si la Naturaleza fuera una mujer… en cada Dirección de la Rueda tenemos una energía sagrada femenina
Cada Dirección de la Rueda evoca unas cualidades, una etapa de la vida de la mujer y en términos psicológicos: un arquetipo. El trabajo interno con arquetipos es una de las sanaciones de lo femenino que hoy en día se consideran más importantes a nivel de psicología profunda. Nos permite cambiar los esquemas rígidos heredados sobre lo que significa ser mujer. Pero esto es solo el comienzo de una transformación tan profunda como necesaria.
Avalon: Misticismo Femenino
Hoy en día la ciencia contempla que vivimos en un universo holográfico, donde cada parte contiene al todo. La Hipótesis Gaia y los avances de la biología nos cuentan que vivimos sobre un gran organismo: nuestro planeta, formado por sistemas y órganos interconectados a través de canales energéticos. La Tierra es una gran una red de intercambio entre las distintas partes que la conforman.
Los canales de energía de la Tierra se llaman Líneas Ley. Los pueblos antiguos las conocían y las tenían muy en cuenta a la hora de elegir sus lugares devocionales. Glastonbury es uno de estos lugares especiales. Además de conocerse como el lugar físico del mítico Avalon, por su situación en el entramado telúrico muchos lo reconocen como el corazón de la Tierra. Y sabemos que el corazón emite un campo electro-mágnético 5000 veces mayor que el del cerebro y envía hasta la última gota de sangre para que llegue hasta el último rincón del cuerpo.
El trabajo interno que hacemos en este lugar llega profundo. Quizá sea esto lo que vamos buscando cuando llegamos hasta allí. Pues allá se abren las puertas del alma trayéndonos experiencias reveladoras.
Allí se dice que Avalon es el aspecto místico de Glastonbury
La Rueda de Avalon como Herramienta de Transformación
Al contener los Elementos de la Naturaleza, los arquetipos femeninos y las distintas fases de la vida de la mujer, la Rueda de Avalon puede convertirse en una herramienta de autoconocimiento y reencuentro con una misma.
En el año 2011 después de haber recorrido la Rueda durante dos años de trabajo interno, empecé ofrecer los primeros encuentros grupales de Volver a Casa: Viaje Interior Hacia Ti Misma. Conforme íbamos recorriendo sus arquetipos más me sorprendía de la capacidad de conexión de estas mujeres con su aspecto femenino sagrado. Y al incorporar mi bagaje como psicóloga y consteladora familiar facilitaba un trabajo terapéutico. Les ayudaba a encontrar sentido, serenidad y sanación para las situaciones que estaban viviendo.
Por ello año tras año, he ido ampliando la forma de utilizar esta Rueda, tomando conocimientos de otras áreas para diseñar dinámicas corporales y visualizaciones. Hasta que me di cuenta de que había ido emergiendo una nueva herramienta terapéutica a la que llamé: las Constelaciones Arquetipales para diferenciarlas de las Constelaciones Familiares.
Podemos trabajar internamente con la Rueda de Avalon desde cualquier lugar
Como en la Europa no mediterránea, los cambios estacionales son muy marcados, puede sernos fácil imaginar cómo desde la antigüedad se ha asociado el ciclo anual, con el ciclo vital. Morimos un poco en Invierno para regenerarnos en la Primavera, sentirnos mujeres plenas en el Verano y maduras en el Otoño.
Pero, aunque las energías de la Naturaleza cambian según el lugar y su climatología particular, los arquetipos femeninos de la Rueda de Avalon son universales. Ya que se basa en las distintas etapas de la vida de toda mujer y sus cualidades o arquetipos intrínsecos. De hecho las mujeres se sienten llamadas a conocerla desde cualquier lugar del mundo.
Arquetipos femeninos en la Rueda de Avalon
Antiguamente las festividades que daban paso a cada una de ellas se celebraban teniendo en cuenta tanto el momento del Sol como de la Luna. Hoy en día les hemos dado fechas fijas, simplemente por practicidad:
Imbolc: del 1 de Febrero al 21 de Marzo – Arquetipo Femenino GUARDIANA
Equinoccio de Primavera: del 21 de Marzo al 1 de Mayo – Arquetipo Femenino GUERRERA
Beltane: del 1 de Mayo al 21 de Junio – Arquetipo Femenino AMANTE
Solsticio de Verano: del 21 de Junio al 1 de Agosto – Arquetipo Femenino PARTERA
Lammas: del 1 de Agosto al 21 de Septiembre – Arquetipo Femenino MADRE NUTRICIA
Equinoccio de Otoño: del 21 de Septiembre al 1 de Noviembre – Arquetipo Femenino MADRE DE CLAN
Samhain: del 1 de Noviembre al 21 de Diciembre – Arquetipo Femenino BRUJA / CURANDERA
Solsticio de Invierno: del 21 de Diciembre al 1 de Febrero – Arquetipo Femenino GUÍA / CHAMANA
Recorrer un año puede ser como atravesar una vida entera si tomamos como referente lo que hace hace la Tierra en su viaje alrededor del Sol. Por ello el viaje por la Rueda de Avalon es revelador porque la luz solar hace brotar los dones que residen dormidos en nuestro interior.
Cada etapa de la vida contiene dentro de sí unos tesoros que podemos descubrir
Pero no podemos olvidarnos de que la energía femenina se desarrolla hacia dentro. Por eso incluimos el Centro de la Rueda, porque representa la llegada a nuestro propio centro. En el Viaje de Volver a Casa esta etapa de Llegada al Centro es la última, a la que se llega después de recorrer las 8 Estaciones. En ella llegamos al Avalon Interior a través del Arquetipo Femenino de SACERDOTISA
Muchas sabéis que la Rueda de Avalon ha sido mi gran descubrimiento como mujer. Su Naturaleza me ha mostrado las distintas facetas de lo Femenino, en un revelador viaje interior personal. Me ayudó a mirar de otra forma lo que estaba ocurriendo en mi vida y a encontrar perspectiva sobre lo que me sobrepasaba: mis miedos como madre, mi rol como esposa, el trabajo estable que no me realizaba… Mi frustración crecía al sentirme presionada a seguir un modo de funcionar que no tenía sentido para mí.
En la Rueda de Avalon he encontrado un principio que ordena todo y que muestra las distintas cualidades de la energía femenina. Traerlo de nuevo a la conciencia nos ayuda a comprender los problemas que atañen a la mayoría de las mujeres en una sociedad moderna y darnos cuenta de que las soluciones superficiales sirven de momento pero no cambian la realidad de base en que estamos inmersas.
La herida cultural
Ahora viene el trago más amargo. Si has llegado hasta aquí quizá quieras leer esto que en realidad ya sabes: Vivimos en una cultura que ubica el principio masculino y su visión del mundo, por encima del femenino. Toda nuestra psique colectiva está configurada para ensalzar la luz en detrimento de la oscuridad, orientarnos hacia el Cielo, lo divino como un Dios masculino, mientras la concepción de la Tierra como Madre ha pervivido tan solo dentro de las tradiciones indígenas. Somos Naturaleza y sin embargo, nos hemos separado de ella.
El mito judeo-cristiano de Adán y Eva, extendido por todo el mundo nos marca el lugar que corresponde a cada quien. Cuando Dios le dice al hombre que todo es suyo: que los animales y las plantas están ahí para su uso, le da derecho sobre ellos. Cuando crea a Eva para que Adán tenga una compañera y lo hace de una de sus costillas, la subordina a él de por vida, pues a un nivel profundo le está diciendo: «sin el hombre no serías nada».
Los Estereotipos de Género
La consecuencia a nivel psíquico de esta premisa es lo que hoy llamamos patriarcado: un sistema de pensamiento que considera al padre por encima de la madre, tanto a nivel personal como social y espiritual.
Pese a que la ciencia de la Biología nos muestra que dos principios: masculino y femenino coexisten dentro de cada ser vivo, la creencia patriarcal los separa, generando roles fijos en las personas por el simple hecho de pertenecer a uno u otro sexo: lo que se espera de un hombre… lo que se espera de una mujer. Esto nos presiona a mantenernos por encima o por debajo del otro, creando fuertes desequilibrios a nivel de relaciones de pareja, pero también en las personales y sociales.
El Conflicto está servido
Este sistema de pensamiento no solo nos lleva al conflicto entre hombres y mujeres. También alimenta la competición y separación entre las mujeres. Nos olvidamos de que la energía femenina es en esencia recipiente de vida, la que acoge, es el círculo, la hermandad… Nuestras madres o abuelas heredaron tantas restricciones y programas mentales limitantes… que rara es la que no representa para nosotras un espejo de lo patriarcal. Nos pesa verlas como perpetuadoras del sistema y en muchos casos, como modelo de debilidad y sometimiento. Pero ellas son el primer referente, nuestra raíz principal y aunque sabemos que han hecho lo que han podido, nos quedamos sin referentes de la fuerza femenina sanada.
La herida patriarcal afecta también a los hombres, limitando su capacidad de reconocerse vulnerables, gestionar su mundo emocional y mucho más. Sabemos que este es un tema largo y profundo, que si queremos empoderarnos de verdad no podemos hacerlo siguiendo los mismos patrones limitantes. Hemos de encontrar la falla que hay de fondo para poder empezar a transformarlos desde adentro, porque nuestra mente suele estar demasiado condicionada. Lo mejor de todo es que cuando nos ponemos en marcha a realizar un proceso de evolución personal, encontramos otras personas que también están dando pasos en dirección al equilibrio. Creamos nuevos vínculos, más ricos y profundos. Para las mujeres esto nos da la vida.
La Cultura Matrifocal
Hoy en día está emergiendo una conciencia colectiva en que vemos a nuestro planeta como un ser vivo. No es una idea nueva, solo revitalizada y ampliada por algunos científicos de mirada amplia.
Cada lugar del mundo contiene una sabiduría, y cada cultura antigua la refleja. Antes de nuestra moderna sociedad occidental se impusiera como modelo a seguir, el mundo se organizaba en pequeños núcleos. Si nos vamos a la Vieja Europa, antes de que los pueblos bárbaros, conquistadores empezaran a asimilar territorios, los asentamientos eran sociedades matrifocales, no matriarcales, pues tomaban como centro las relaciones armónicas no solo humanas sino con el entorno, el cuidado de las criaturas y experimentaban el tiempo como algo sagrado.
Las espiritualidades más antiguas del mundo, basaban su conexión interior con la Naturaleza. ¿Qué podía haber más sagrado que reverenciar todo lo que te da vida? ¿Qué instante puede ser más mágico que aquel que vives con plena presencia? Si algo tienen en común las antiguas tradiciones matrifocales es la contemplación del ciclo infinito de Vida/Muerte y Regeneración, algo que quedó plasmado en los más antiguos vestigios del arte neolítico: el concepto de La Diosa como Gran Madre. Ella es la generadora, sostenedora y recicladora universal.
La Madre Mundo
En Glastonbury Avalon desde el Templo de la Diosa se promueve lo que llaman el Mother World o Madre Mundo. Es un activismo espiritual que hace un llamado de ir implementando el equilibrio sociocultural a nivel de cambio de pensamiento y acción social.
Yo lo traduje hace tiempo como el Mundo de la Madre porque comienza cuando vamos desmontando a nuestro propio patriarca interior. Todas esas voces que nos achican sin razón, por miedo y que debemos de ir cuestionando para no alimentar lo que ya no corresponde a este momento vital. Hacer espacio al disfrute, a la belleza genuina, al placer de vivir cuando llega la oportunidad. Todo empieza por conocernos a nosotras mismas, salirnos de los caminos trillados que solo nos agotan. Para ello qué mejor que empezar desde dentro. Abriendo los caminos interiores para encontrarte con tu verdadero Yo.
Si buscas realizar un viaje de transformación desde lo Sagrado Femenino que te habita, te gustará: Volver a Casa. Si quieres seguir recibiendo nutrición para el alma suscríbete a nuestra newsletter. Recibirás un pase gratuito a nuestros Círculos de Luna, y el precioso e-book: «Kit básico para exploradoras del alma».
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2 respuestas
Hermoso lo que explicas, una amiga va a viajar a Inglaterra y es una excursión, con una maestra espiritual, para conocer toda la sona y también les explico el quiebre que se produjo entre el hombre y la mujer allí que aún algunos arrastran y no permite esa conjunción amorosa y armoniosa entre los dos sexos. Quisiera recibir la información gratuita que ofreces gracias
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