Del 1 de agosto en el Hemisferio Norte o el 1 de Febrero en el Sur, hasta el Equinoccio de Otoño, celebramos la primera cosecha. Después de todo un ciclo de crecimiento, llega el momento en que el fruto madura y sirve de alimento antes de caer de nuevo a la tierra. Empezamos la mitad del año en descenso hacia la oscuridad aunque sigue habiendo mucha luz.
Es tiempo de abundancia, la Diosa nos muestra su aspecto de Madre Nutricia, sosteniendo la vida sobre nuestro planeta, a través de todo lo que nos brinda. Ella es conocida en distintas culturas como: Ceres, Demeter, Abuntia, Lakshmi o la Abuela Maíz entre otras. En la Tradición de la Diosa de Avalon es conocida por el nombre de Madron, la Diosa Vaca creadora del universo. Para los egipcios era Hathor, la diosa con cabeza de vaca, que diariamente daba a luz al Sol y era Isis la cual se decía que moraba en la estrella Sirio. Bajo el nombre de Ker, se la representa como una mujer sujetando una cornucopia, un cuerno de vaca lleno de fruta, cereales y pan.
Es el tiempo de la recolección de los frutos, de la siega y la vendimia.
Después de esta cosecha aún llegará otra más tardía en Otoño.
¿Cómo llamamos a la Abundancia?
Dando gracias por todo lo que tenemos
Agradezcamos todo lo recibido hasta ahora, llegan los frutos de aquello que plantamos, abonamos, regamos y hemos de seguir cuidando. Por ello, estemos atentas a lo que hemos cultivado dentro de cada una de nosotras para que siga nutriendo a una misma, a las creaciones, hijas/os y nuevas generaciones. Si no he recibido los frutos que esperaba toca revisar si he sembrado las semillas adecuadas y si puse atención en lo que estaba creciendo. Sea cual sea el resultado es hora de hablarnos con amor y aprender a darnos el cuidado a nosotras mismas tanto físico como emocional.
¿En qué momento se interrumpió este proceso?
Esta reflexión nos sirve para volver a nuestro centro y decidir de nuevo lo que queremos en nuestra vida. A la vez que podemos dar gracias a la Diosa de que siempre nos impulse a crear lo que es verdadero para nosotras.
Cualidades de la Diosa en Lammas
La Diosa es abundancia, es fertilidad, es medicina, es la Madre
Nos muestra como multiplicar el alimento, y su generosidad alcanza para todas sus criaturas.
La cultura occidental explota la tierra y la reparte entre unos pocos, creando sentimientos de carencia para quienes se sienten sin poder. Se han creado intereses comerciales y el control de los recursos por multinacionales que alimentamos entre todas/os. Hemos perdido las bendiciones de una vida más sencilla y conectada con sus ciclos. Sin embargo, hace años que tenemos el conocimiento para la transformación social hacia un mundo sostenible. Existe la agricultura ecológica, los huertos urbanos, la soberanía alimentaria y el movimiento de transición en las ciudades, entre otros, impulsando a esta reconexión. Sin embargo apenas seguimos siendo una minoría.
El cereal es el principal alimento de la dieta humana, siendo el maíz en América, el mijo en África, el arroz en Asia y el trigo en Europa. Desde la antigüedad, cuando los campos se llenan de maíz o de espigas, las mujeres hacen muñecas con ellas. Se hace más presente el arquetipo de Madre Nutricia que alimenta y cuida de sus criaturas. Por ello es un tiempo ideal para dar mayor espacio al autocuidado y la salud, que tienen como base el vínculo con la propia madre y la forma en que ella nos alimentó y cuidó durante los primeros años de nuestra vida, aunque también depende de la propia naturaleza de cada quien.
COLORES: El dorado como las espigas maduras
TALISMANES: El telar con el que se hace la ropa que nos protege y abriga
ANIMALES DE PODER: Aquellos que llevan cornamenta: ciervos, vacas, cabras…
FLORES: Amapolas, girasoles
ÁRBOL: Fresno
Correspondencia de Lammas en la Rueda Lunar
PASO DE LUNA LLENA A CUARTO MENGUANTE = LUNA GIBOSA
CORRESPONDENCIA DE LAMMAS EN EL CICLO MENSTRUAL
PASO DE FASE OVULATORIA A PREMENSTRUAL (unos días después de la ovulación)
del Elemento Agua a la Tierra
Si en el Solsticio de Verano nos conecta directamente con el Elemento Agua, ahora empezamos a sentir la Tierra. Esto significa que empezar a dejar atrás el sentimiento de fusión con el mar, o con nuestras criaturas y relaciones para enfocarnos un poco más en una misma.
¿Cómo ocupo mi lugar en relación a los demás? ¿Cómo me relaciono conmigo misma?
Seguimos sensibles y empezamos a conectar con lo que hay bajo la imagen que proyectamos a nuestro alrededor. La capacidad para escuchar a otros se encuentra con la capacidad de oír la propia voz. Por ello también puedes aumentar tu paciencia y el sentimiento de profundas emociones amorosas y de cariño hacia tus seres queridos, pero también con la necesidad de ser valorada y cuidada. Es tiempo de disfrutar de compartirnos cuidándonos en el proceso.
Arquetipos Femeninos
El cereal es el principal alimento de la dieta humana, el maíz en América, el mijo en África, el arroz en Asia y el trigo en Europa. Desde la antigüedad, cuando los campos se llenan de espigas, las mujeres hacen muñecas con ellas. Encarnamos el arquetipo de Madre Nutricia que alimenta y cuida de sus criaturas. Por ello es un tiempo ideal para dar mayor espacio al autocuidado y la salud, que tienen como base el vínculo con la propia madre y la forma en que ella nos alimentó y cuidó durante los primeros años de nuestra vida.
La abundancia de la Naturaleza nos coloca en relación a la gratitud y al buen uso de los recursos; con el intercambio entre el dar y recibir, y la búsqueda de equilibrio en nuestra dimensión maternal. De ese equilibrio surge la satisfacción en nuestras relaciones. Sin embargo, puesto que vivimos dentro de una cultura que sobrevalora la visión masculina del mundo, lo que más se valora en una madre, (y en una mujer en general) es su capacidad de entrega, cuando desde una visión más femenina, la cualidad principal de la madre es ser recipiente de vida.
Implicaciones profundas de todo esto
Si creemos que el principal valor a cultivar es la entrega, vamos a tender a la renuncia de ciertas cosas que pueden ser importantes para una misma pero que el entorno no valora, o incluso rechaza. Estar continuamente dando a los demás nos desvitaliza, puesto que nadie puede dar lo que no tiene. Muchas veces tiramos de reservas para poder llegar a todo lo que creemos que tenemos que hacer por los demás. Sobre todo cuando somos madres en periodo de crianza de nuestras/os niñas/os, pero también cuando desarrollamos una profesión, trabajo o nos comprometemos en un proyecto.
Cualidades de la Diosa en Lammas
Fertilidad, maternidad, protección, abundancia.
Detrás de ese impulso de dar puede haber una preciosa esencia, que es la de entregar lo mejor de una misma, pero para entregar lo que somos hemos de permitir que los demás también entreguen lo mejor de sí. Ahí está la clave.
Cuando no lo hacemos todo nosotras, alguien tendrá que hacerlo. Si damos lo que tenemos, ni más ni menos, permitimos que el otro también de lo que tiene y podemos disfrutar de recibirlo. Es educar en la generosidad no en el sacrificio de la madre por sus hijos.
Dar es acción, es energía masculina.
Recibir es quietud, es energía femenina.
Saber recibir trae el sentimiento de abundancia, somos recipientes llenos de donde otros pueden tomar.
¡Porque el ciclo se renueva!
Aprendamos a recibir para dar
¡En el intercambio nos nutrimos tod@s!
PALABRAS ASOCIADAS
ABUNDANCIA- GRATITUD- COSECHA-FRUTOS
En el viaje interior Volver a Casa cada 1 de agosto comenzamos a recorrer todos estos paisajes adentro nuestro, porque somos Naturaleza y ella nos ayuda a conocernos de un modo diferente que es esencial. Lammas nos ayuda a sanar la brecha con la madre y lo relativo a la abundancia personal.
Regálate unos minutos para ver este bonito vídeo sobre los paisajes que recorremos en la etapa de: Volver a Casa en Lammas
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