Vivo en un lugar frío al Norte de España, donde dicen solo haber dos Estaciones: el Invierno y la del tren. Pero no es cierto, amo los veranos aquí que no son demasiado calurosos y ante todo soy una enamorada de la Primavera. Será quizá por eso, que cada mañana llegando el mes de Febrero, me asomo por la ventana para sentir cómo va creciendo la luz. Cada día un poco más cerca de la explosión de colores, aromas y formas que eclosionan en el paisaje.
La luz está asociada al calor, al fuego, a nuestro Sol, y por extensión a la vida.
Sin luz no hay oxígeno ni agua…
En la mitología encontramos imágenes de esa fuerza solar. Una de ellas es Amaterasu, diosa del Sintoísmo japonés que nos muestra muy bien cómo podemos estar viviendo sin ser conscientes de lo que somos y como recuperar el sentido de nuestra vida.
Historia de Amaterasu
Amaterasu era llamada: “La del Brillo Celestial” entre otros nombres. Era la Guardiana de la Tierra y de los campos de arroz y presidía el círculo de tejedoras en el Salón de Tejedoras del Cielo. Su hermano Susanowo estaba celoso de Ella, de modo que se las arregló para engañar a su madre y acercarse a los campos de arroz celestiales que Amaterasu acababa de plantar. Los arrasó y defecó dentro de su templo sagrado. Luego llevó a cabo varios desastres más sembrando el desconcierto y el horror en las demás diosas tejedoras. Ella se sintió tan rabiosa que se encerró en una cueva y con ello el mundo fue privado de su luz y su calor. Ya nada podía crecer sobre la Tierra.
Más de ochocientas diosas acudieron a su refugio con la intención de convencerla de que volviera a salir, pero todo esfuerzo fue en vano, hasta que apareció la diosa Uzume. Esta diosa, de la Alegría y de la Danza trazó un plan. Se colocó sobre una barrica y comenzó a golpear sus pies ritmicamente mientras danzaba con euforia quitándose la ropa. Finalmente enseñó a todas su vulva y los dioses y diosas se rieron, gritaron y aplaudieron. Amaterasu sintió curiosidad por ver lo que se estaba perdiendo. Entonces asomó su cabeza, su luz chocó contra un espejo y dejándola deslumbrada salió para poder ver. Entonces, los dioses cerraron la puerta detrás de Ella. La luz volvió a la Tierra y de nuevo las cosechas. Amaterasu fue consciente de su propia Luz.
La Mujer Musa
Hay mujeres que cuando se cruzan en nuestro camino, nos inspiran. Su presencia nos abre la mirada a otra forma de ver, su ejemplo nos da la esperanza de que el cambio que necesitamos puede realizarse y tomamos fuerza para no abandonar. Estamos frente a la Mujer Musa. Ella despierta nuestra creatividad para descubrir hacia dónde queremos ir y para atrevernos a decidir, a hablar y a actuar de una forma nueva. Empezamos a dejar de sentirnos víctimas de nuestras circunstancias para pasar a ser responsables creadoras de nuestra realidad.
¿Qué necesitamos para incorporar a la Mujer Musa dentro de nosotras?
Según Miriam Subirana en su artículo: «Líderes inspiradores y creativos», necesitamos visión, compromiso e inspiración, especialmente ahora que estamos viendo cómo se desmoronan los sistemas que hemos construido socialmente. Estamos asistiendo a la necesidad imperante de poner fin a la cultura patriarcal, a la especulación, el consumo desorbitado y al individualismo irrespetuoso. Necesitamos reinventar nuestras vidas, convertirnos en actrices que crean una realidad mejor. Aunque solo sea en nuestra comunidad haremos crecer la generosidad, la solidaridad, y el respeto por la vida en todas sus formas.
¿Cómo podemos llevar a cabo cambios en nuestra vida y entorno?
La creatividad es la capacidad de producir cosas nuevas y valiosas, de llegar a conclusiones extraordinarias y resolver problemas en forma original. La actividad creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo. Siempre se ha pensado que es un don, una cualidad reservada a unos pocos denominados genios o artistas, sin embargo, todas nacemos con esta gran capacidad humana, solo hay que preservarla y potenciarla. Además no siempre se materializa de forma artística, literaria o científica, pues no es privativa de ningún área en particular. Si de niña te cortaron las alas, quizás te hayas creído que no pueden volver a crecer, pero pueden regenerarse. ¡Palabra de maga!
Empecemos por creer más en nosotras mismas
Una vez creamos que es posible volver a brillar con luz propia, tal como Amaterasu, hemos de atravesar nuestros miedos, inseguridades y liberar nuestra rabia. Sí, nos han hecho daño, no hemos sido vistas ni protegidas cuando más lo necesitábamos. Pero ahora nos tenemos a nosotras, cada una a sí misma, y con un poco de suerte encontramos la familia de alma, y sentimos la fuerza de la tribu.
Intentar resistirnos es como querer detener el fluir de un río. Provocamos una presión tal que se traduce en ansiedad y miedo a que todo se desborde. Por eso es necesario ir hacia el interior, dejar de buscar culpables y asumir la responsabilidad propia en la creación de nuestra realidad actual.
El primer paso es ir haciendo consciente lo inconsciente, para que podamos ver al enemigo dentro de una misma. A veces es un juez demasiado duro que se oye en tu cabeza diciendo que nunca es suficiente, que tienes que esforzarte más o que no vas a a poder. Tranquila, todas tenemos un personaje parecido en nuestra psique. Es el resultado de vivir en una cultura enfocada en el logro y no en el proceso que es la vida. Cuando hacemos el viaje hacia nosotras mismas a través de un trabajo psicoterapéutico, empezamos a cuestionar los argumentos de este juez, y a dar más presencia a las fuerzas benefactoras que también se pueden escuchar adentro nuestro. Imaginamos nuevas posibilidades y nos disponemos a ir más allá de los problemas.
Descubre lo que te da vida, tus fortalezas y las verdaderas aspiraciones.
¡Tu Mujer Musa Interior te inspira a realizar tus sueños!
Recupera tu Valor
¿Quieres que haya un cambio en tu vida? ¿Te amas lo suficiente como para hacerlo por tí?
¿Quieres que las personas con quienes te relaciones cambien? ¿Les conoces de verdad? ¿Los amas tal como son? ¿Sabes poner límites que cuiden lo que estáis construyendo juntos/as?
Si no te conoces profundamente, si no te escuchas a ti misma con sinceridad, tampoco es posible que crezca la confianza.
Si vivimos con miedo a que nos abandonen o nos dejen de querer, no vamos a ser sinceras, porque aún nos falta sentirnos con el valor suficiente para ser amadas tal como somos. Pero, si una no se siente valiosa en sí, lo mejor será ir a recuperar la sensación perdida. Adéntrate a los paisajes de tu alma y recupera los dones que viven en algún rincón perdido de tu ser.
Cultiva el jardín interior y descubre que las malas hierbas, solo son mensajeras de lo que te está faltando adentro. La primera relación es contigo misma. Si no sientes el amor en ti, no habrá fortaleza ni pasión. Pero solo con que quede una chispa de vida dentro tuyo, todo puede cambiar.
Atraviesa las barreras que te separan de ti misma
Vuelve a Casa, Vuelve a ti
Vivir Inspiradas
Cuando tienes una bonita relación contigo misma, vives desde la mujer inspiradora que es capaz de generar espacios de confianza donde está permitido asumir riesgos y equivocarse, donde se alienta a tener iniciativa sabiendo que esta será escuchada. Cuando logramos liderar nuestra vida así, inspiramos un movimiento creativo y transformador a nuestro alrededor y en los demás.
Recogernos cada noche con la sensación de plenitud por el día vivido no depende de nuestras posesiones, ni lo da el puesto que ocupamos, la posición social ni la llamada: “calidad de vida”, sino el estar alineadas entre lo que pensamos y lo que decimos, entre lo que sentimos y hacemos, esa coherencia nos hace íntegras y nos permite aprender a soltar lo que nos daba una falsa seguridad a un alto precio.
Con amor,
Gabriella Robles
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